Hay momentos que lo más falso es la sonrisa, no tienes ánimos de levantar la mirada y contestar con una sonrisa plácida y alegre, cuando por dentro lo único que tienes es ganas de romper a llorar y chillar lo más alto para que el mundo se de cuenta que estás mal y que no tienes ganas de pasar ni un solo minuto más en está insignificante vida.
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